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Es muy probable que muchos de ustedes no la hayan visto, por lo que no la contaré, pero lo que sí les puedo decir es que es una perfecta analogía entre lo que pasa cuando estamos sin Dios y queremos hacer las cosas bajo nuestras propias fuerzas y siguiendo nuestra imperfecta voluntad, alejandonos del camino del Señor y perdiendonos en el camino, por lo que sufrimos y somos heridos, olvidando que el está allí, esperandonos y cuidandonos en la distancia.
Podemos creer que vamos a fracasar o desfallecer pero es en ese punto en cuando Dios nos regala otra oportunidad, un nuevo aliento, un nuevo Nacimiento, volviendo a sus manos y al caminar que el desea para nuestras vidas y nos recibe con brazos abiertos, con misericordia y con ojos de amor, porque siempre hemos pertenecido a ÉL y solo a ÉL.
En estos momentos puedes estar pasando por momentos difíciles, pero no te rindas, encomienda tus caminos a Jehová, confía en él y él hará, porque el camina delante de nosotros, sostiene nuestra mano, celebra nuestra felicidad, nos protege en la dificultad y nos ama hasta el final.
"La valentía es algo que necesitamos si queremos realizar la obra de Dios"
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