"¡¡YA QUIERO QUE SE ACABE EL COLEGIO!!"
Es lo que todos deseamos cuando estamos en el colegio, sentados en una silla muy incómoda, donde un profesor amargado nos esta dictando una clase sobre algún tema de "interés general", al cual no le prestamos atención ya que no vamos a estudiar nada relacionado con él, solo esperamos que se acabe ese parloteo, para empezar a estudiar lo que en realidad queremos.
Probablemente el día de nuestro grado fue el más feliz de nuestras vidas, hasta ese momento por supuesto, porque saliamos de la carcél del encierro que para ese momento significaba el colegio para poder tener libertad y hacer todo lo que queramos,pero tambiém el más triste, porque abandonamos a nuestros amigos; una parte de nosotros se queda con ellos, una parte de nosotros se quedan dentro del colegio, que durante 11 años, quizás mas, quizás menos, fue nuestro segundo hogar, porque es cierto: aunque muchas veces peliamos con nuestros profesores, con nuestros compañeros, quisimos quemar el colegio y hasta ponerle una bomba, fue nuestro segundo hogar, en donde alrededor de 35 personas, crecimos juntas, lloramos, reímos, "mamamos gallo", hicimos complots contra los profesores y hasta bailamos, fuimos más que simple compañeros, fuimos amigos, fuimos hermanos.Pero como en toda hermandad, algunos se alejan para no volver, otros se pierden en el camino y ni llegan a reconocerse sí mismos, otros se encierran en su pequeña bola de plástico que los proteje del mundo exterior, mientras otros decidimos compartir nuestro nuevo viaje con nuestros compañeros y amigos.
Tristemente, o debería decir POR FORTUNA, es en este nuevo viaje en donde encontramos y descubrimos quienes son en realidad nuestros verdaderos amigos; con los que siempre hablabamos se van alejando hasta quedar siendo solo un feliz recuerdo, mientras aquellos con los que solo reiamos un rato, nos van demostrando cuanto nos aprecian y lo importante que somos para ellos.
Dicen que debemos dejar a un lado nuestro pasado para seguir con nuestro presente y llegar al futuro y estoy de acuerdo con eso; pero mi pasado, en el colegio, es algo que nunca olvidaré y las personas, tanto malas como maravillosas, seguirán en mis recuerdos, porque cada una de estas, hizo que aprendiera algo: desde saber decir chistes y pintar con vinilo, hasta hacer una bomba olorosa.
El tiempo pasa, los recuerdos quedan; tu presencia se devanece, pero lo que significas prevalece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario