Debo admitir que al comienzo estaba muy asustada, no sabía si esta carrera era la mejor opción para mí, por lo que en mi cabeza me cuestionaba si había hecho una buena elección y tenía miedo de ser un fraude y decepcionar a las personas que me rodeaban, en especial a mis padres que ponían toda su confianza y mi fuerza en mí para que comenzara mi camino para ser una profesional.
Todo comenzó el día de la inducción, primer día en la "U", en donde iba a conocer mis compañeros de carrera, por tal razón una fiesta de mariposas hacía estragos en mi estómago, no sabía con que me podría encontrar, ellos me acompañarían durante 9 semestres, 4 años y medio de mi vida.
Por ser una persona tan sociable, ya conocía a una niña, la cual hizo el examen de inglés conmigo unos meses antes de este día, por lo que me llamó y nos encontramos a la entrada de la "U" ese día; duramos juntas todo el día, a pesar de que al comienzo estaba muy emocionada, el tiempo, los comentarios y las cosas que hacían los "facilitadores" no me convencían, y aunque en mi rostro reflejara una sonrisa, mi pecho se oprimía y una lágrima se preparaba para brotar; ahora que lo pienso bien, mis "facilitadores" no hicieron un muy buen trabajo que digamos o por lo menos no lograron ese efecto en mí.
Para tomar el bus debo caminar aproximadamente 7 cuadras, parece mucho, lo sé, pero la verdad no me molesta, es buen ejercicio y en el camino pienso, despejo muchas dudas y me desahogo; eso fue lo que hice los primeros días de clases: mis compañeros no me convencían, sentía que debía estudiar otra cosa y más de una vez, mis lágrimas brotaron de mis ojos, reluciendo mis sentimientos. Más de una vez quise tirar la toalla, decir no voy más; todos parecían disfrutar lo que hacían menos yo y eso no me agradaba para nada.
No se como pasó, pero el tiempo cambió mis pensamientos y mis acciones, creo que al inicio estaba bloqueada por una pared de prejuicios que me decían que esta carrera era para vagos, pantalleros, y yo misma me buscaba mis limitaciones nadie más.
Ahora mismo me considero una persona afortunada, porque no solo acabo de culminar mi primer semestres universitario, si no que he conocido a muchas personas, que me ayudarán en el camino, así como me ayudaron durante todo este primer semestre y que me acompañaran en el viaje a convertirme en una profesional, porque esa es mi meta y no dejaré que nadie me vuelva a manipular, porque yo sola soy la que construye mi camino, nadie más.
No se trata del final, se trata del viaje; espero disfrutar mi viaje al máximo, de ese modo no me arrepentiré nunca de mis acciones.
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