martes, 22 de mayo de 2012

Lágrimas de felicidad

Un día decidí caminar más allá de la pared que limitaba mi vida, empacar mis cosas y dejar las personas que siempre habían estado rodeándome; pensando en que no habría despedidas o que a nadie le importaría, guardé mi aventura en lo secreto.


Pasaron los días y justo ante de mi gran aventura, le dije al mundo lo que haría: ese día descubrí quienes eran mis verdaderos amigos, no esos que siempre estaban allí cerca de mi, sino aquellos que en la distancia estaban cuidándome velando por mi bien y mi salud.

 Ese día descubrí que tu verdadera familia  muchas veces no tiene tu misma sangre y mucho menos tu mismo apellido, pero sí la misma pasión y amor, que los  una en espíritu y verdad.

Ese día perdí el miedo a la aventura, porque entendí que no estaba sola, que inclusive en la distancia, mis amigos, mi familia, estaban enviándome todo su cariño.

Ese mismo día lloré, lloré de felicidad, de saber que hay personas a las que les importo y que desean que todo me salga muy bien, ese día mis ojos se llenaron de un raro sentimiento y mi garganta de un grito ahogado, ese día miré a los cielos y agradecí a Dios por la vida de cada una de esas personas.

Sólo basta decir, Gracias !! Sus palabras y sentimientos son los que me devuelven las fuerzas para luchar por lo que quiero, descubrir quien soy realmente y hacer lo que Dios quiere que haga en mi vida, Ir a las naciones y proclamar su inmenso amor y misericordia.






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