sábado, 11 de agosto de 2012

Nunca Nos Abandonas

Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Génesis 28:16

Hace poco tuve la oportunidad de viajar a un país totalmente desconocido para mi, aunque estaría lejos de mi familia, lo que en realidad me preocupaba era alejarme de mi iglesia, mi servicio, de todo lo que apenas estaba aprendiendo.

En mi desespero, en ese lugar traté de encontrar una iglesia en la que me pudiera encontrar  con Dios y sentir la presencia del Espíritu Santo en mi vida: caso fallido, nada se comparaba a mi iglesia, a mi verdadera familia. Sin embargo, el tiempo se encargó de hacerme entender que Dios no era un lugar y que su presencia no se encontraba en un templo, ya que cuando de verdad anhelas de todo corazón, cualquier lugar, cualquier momento, cualquier oración de amor, llega a sus oídos y reuneva lo que somos.

En el versículo de hoy Jacob entiende que a pesar de todas las cosas por las que habían pasado en su vida, Jehová siempre había estado allí, mirándolo, cuidándolo  unas veces de lejos, otras veces muy de cerca.

Muchas veces los jóvenes y también los adultos creen que sólo encontraran a Dios en un lugar, por lo que sólo dedican momentos de sus vidas a tener una comunión con el Padre y adorarle, el resto del día siguen en la carne, como si Dios se tratará de momentos y no de una realidad.

Existe una idea popular que para estar con Dios hay que ir a un templo o un ambiente super adecuado, pero hoy, la Palabra nos dice que no se trata de lugares específicos, sino de corazones sinceros que se tornan a él en busca de  verdad y comprensión.

ORACIÓN: Señor todopoderoso, hoy declaramos con nuestros labios y de todo corazón que tú eres fiel, nunca nos abandonas y tu presencia es una realidad en nuestra vida. Perdónanos si alguna vez te hemos dedicado simple momentos, en el nombre poderoso de Jesús te entregamos nuestros días, nuestra vida, para estar siempre en tu presencia sin importar en donde nos encontremos. Queremos ser tus adoradores en espíritu y verdad. En tu santo nombre oramos, Amén.








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